¿Y ahora quien podrá ayudarme?
Pero yo a
ti oraba, oh Jehová, al tiempo de tu buena voluntad;
Oh Dios, por la abundancia de tu misericordia,
Por la verdad de tu salvación, escúchame. Salmo 69:13
Oh Dios, por la abundancia de tu misericordia,
Por la verdad de tu salvación, escúchame. Salmo 69:13
Al comenzar la lectura del salmo, me encuentro con un
hombre desesperado, decepcionado por los que le rodean y eso lo lleva a poner
en práctica la fe. Toma un tiempo vs 13 donde dice pero yo a ti oraba oh Jehová, al tiempo de tu buena voluntad. Y
apelaba a la misericordia de Dios, que aquí la podemos ver de una manera muy
simple, Dios no me des lo que merezco, a pesar de su inocencia, el sabia su condición.
Ante la desesperación su oración era 1-Escuchame 2- Sácame 3-Respondeme 4-Mirame. Al ver cada
una de estas palabras puedo ponerme en la mente del salmista y olvidándome que
es un salmo Mesiánico, lo veo como algo muy práctico, un hombre que solo podía confiar
en Su Dios.
Vemos como día a día
Dios nos enseña a vivir en total dependencia de su bendita persona y disfrutar
el tiempo de Su Voluntad. Cuando pensamos en la voluntad de Dios, debemos ver
algo simple de encontrar y no algo místico a la cual nunca llegaremos, la
voluntad de Dios es rendir toda mi
humanidad a su divinidad, abandonar todo lo que yo creo y confiar en lo que
El hace. Es muy triste que pasaron los años y se empaño este concepto tan
preciado de la buena voluntad de Dios.
Pero quiero detenerme en el ver 20 ¡no
tengo ánimo para nada!
Esperaba hallar apoyo y consuelo, y no los recibí;
Esperaba hallar apoyo y consuelo, y no los recibí;
Es muy triste
que siendo un cuerpo parte de la misma familia, haya aun entre nosotros personas que están solas,
cuando el Señor llego a la cruz los discípulos lo dejaron solo, pero en ese
momento ellos no habían entendido a cabalidad quienes eran y aún más estaban literalmente solos, hoy
nosotros, sabemos quiénes somos, tenemos al Espíritu Santo viviendo en nosotros,
el mismo que es nuestro consolador y nos consuela para que podamos consolar a
otros. Pero ¿Que nos pasó? Si todos buscaríamos el bien del otro no habría gente
sola sin ánimo, estarías ahí para hacer lo mismo que Dios hace con nosotros,
somos un cuerpo, nos necesitamos.
Para pensar:
Si todos estaríamos
ahí para nuestro hermano, en el momento que el necesita ayuda, consuelo, un
abrazo, como impactaría es a nuestra sociedad.
El mundo no
va a cambiar, pero los cristianos fuimos llamados a marcar la diferencia y
comienza de la misma manera que nos aconseja el apóstol Pablo en Gálatas 6:10 Por lo tanto, siempre que tengamos la
oportunidad, hagamos el bien a todos, en especial a los de la familia de la fe.
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