¿De dónde vienen nuestras fuerzas?
Salmo 68:35 Temible eres, oh Dios, desde tus
santuarios;
El Dios de Israel, él da fuerza y vigor a su pueblo.
Bendito sea Dios.
El Dios de Israel, él da fuerza y vigor a su pueblo.
Bendito sea Dios.
Los versículos finales del salmo, llaman a todos
los reinos de la tierra a reconocer al Dios de Israel como digno de homenaje y
alabanza. Las Palabras conllevan un sentido tremendo de la grandeza y majestad de Dios. Él es trascendental, Aquel
que cabalga sobre los cielos desde la antigüedad. Él es el Omnipotente, fuerte
a favor de Israel, pero Todopoderoso más allá de las nubes. Asombroso es Dios y
aun así se inclina para dar poder a su pueblo.
El mismo Dios de toda la creación, es quien me permite
disfrutar de Su vida en la mía y así poder ver su poder obrando en mi o por
medio mío, ahora es interesante que en el mismo momento de ser salvos, el mismo
Dios vino a vivir con migo y esto me hace parte de su poder, pero para poder
disfrutarlo debo ser débil.
En la matemática de Dios, la formula negativa es
la que da un resultado positivo, si no soy quebrado al punto de decir como el apóstol
Pablo soy débil, entonces nunca llegare a experimentar su poder en mi
debilidad.
Nada de lo que hago o lo que tengo depende de mí,
todo es por Su gracia, aun Sus fuerzas en días como hoy.
Para pensar:
¿Cómo describiría su concepto de Dios?
¿Ya experimento el día que le dijo a Dios que no
puede más?
La única manera de vivir su poder es en mi
debilidad.
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