¿Quién es su Rey?
Tú, oh Dios, eres mi rey desde hace siglos,
traes salvación a la tierra.
13 Dividiste el mar con tu fuerza
y les rompiste la cabeza a los monstruos marinos. Salmo 74:12
traes salvación a la tierra.
13 Dividiste el mar con tu fuerza
y les rompiste la cabeza a los monstruos marinos. Salmo 74:12
Es hermoso
pensar que una vez que descansamos en el cuidado de Dios se acaban las
preguntas y solo queda espacio para la alabanza. Esta es la actitud del
salmista en lo que resta, al descansar en la soberanía de Dios, se da cuenta
que todas las quejas que tenía desaparecen, y llega a su mente un fresco
recuerdo de todo lo que El Señor hizo, para sacar al pueblo de la esclavitud y
aun en la creación.
Llega al
punto de decir Tu oh Dios eres mi rey. Esta es una frase muy común entre los
cristianos hoy, la usamos al orar, cantar, predicar, le decimos Señor con nuestros labios, pero lo negamos con
nuestros hechos. Bien se ha dicho que no hay mejor mentiroso que un cristiano
cantando, si es cierto que Dios es MI REY, él tendría que tener prioridad sobre
todo en mi vida.
Hace años
luego de ser salvo Dios hablo a mi vida en un fogón donde se predicó del
compromiso, esa fue una noche inolvidable,
sin ningún problema le entregue a Dios todo lo que soy y lo que quería ser,
pero un tiempo después a pesar de haber prometido a Dios que le entregaba todo comencé a hacer mis propias
decisiones y casi sin darme cuenta había tirado por tierra la mejor noche de mi
vida y el compromiso de hacer a Dios el
Rey de mi vida. El diablo fue muy sutil me fue envolviendo en diferentes
actividades (Santas) al punto que tanta actividad me alejo de mi Rey, cuando me
di cuenta era yo quien esta una vez más controlando mi vida.
Fue en ese
momento donde con mucho dolor en mi corazón, tuve que reconocer que debía comenzar
una vez más, fue así que meditando en la Palabra de Dios y con un tiempo
muy íntimo con Dios, le declare una vez más
como el Rey de mi vida, pero ahora con un ingrediente más, le dije que quería amarlo
con todo mi ser, esto fue el comienzo de una relación que debo mantener todos los días, la cual disfruto
mucho, pues siento su amor y presencia en mi vida.
Para pensar:
Usted ya
conocer a Cristo como su Salvador personal y cada día su vida va transcurriendo en forma rutinaria, ¿le gustaría
experimentar el amor de Dios y llegar a un punto que su vida y la de Cristo se
fusionen de tal manera que la vida
cristiana se vuelva en algo natural?
Yo sé que sí
que está cansado de la religión y desea experimentar la vida de una manera satisfactoria,
entonces la animo a tomar un tiempo y responder esta pregunta ¿Estoy enamorado
de Dios o acostumbrado a ser salvo?
Ahora depende de su
respuesta y como cultive su relación, pues de acuerdo a su fervor, mantendrá su
fe.
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