Celo por la cosas de mi Padre

Salmos 69:7-9    Pues yo soporto insultos por amor a ti;
    tengo la humillación dibujada en todo mi rostro.
⁸ Hasta mis propios hermanos fingen no conocerme,
    me tratan como a un extraño.

⁹ El celo por tu casa me ha consumido,
    y los insultos de aquellos que te insultan han caído sobre mí.

No estimando la gloria divina, la cubrió,

Y velo su deidad con túnica de barro,

Y en aquella amor maravilloso mostro,

Restituyendo lo que no robo.

Es un salmo de autor desconocido, alguno se lo atribuyen a David, pero lo importante es que vemos reflejados en una manera muy clara, los padecimientos  y la muerte de nuestra amado Redentor, leer este salmo es como entrar al corazón del Señor y vivir con El  todo lo que experimento en los momentos más oscuros de su humanidad.

Alguien dijo.

Solo quiero detenerme un instante y entrar a la mente del Señor, de la misma manera que el Salmista lo hace aquí y pensar por un momento cual es mi actitud ante todo lo que pasa hoy en la casa de mi Padre.

El mismo Señor uso estas palabras cuando  vio el templo convertido en comercio, los discípulos se acordaron de que esto estaba escrito.

En otras palabras todos los que conocemos  a Dios y Su Palabra, sabemos perfectamente que la morir Cristo en la Cruz, resucitar y ascender al cielo nos dejó su misma persona a nosotros y nos convirtió en su casa, su templo, su morada, al pensar en esto mi vida se extrémese, todo lo que haga es para Su gloria ya que soy el portador de la misma y lo que permita puede ensuciar la Gloriosa Santidad de Dios.

Más que un salmo Mesiánico, es un desafío para experimentar a Cristo en nosotros.

Para Pensar:

Siendo consciente  de su vida en la mía, de ser su templo, ciento un vivo celo por mi cuerpo, mis actitudes, mi manera de pensar.

¿Los que me rodean pueden ver en mi las marcas de Cristo? .Pues no solo tengo el privilegio de creer en El, sino también de padecer por él.