LA INOPERABLE VOLUNTAD HUMANA
Lo que no podemos hacer a causa de la total depravación, desde una perspectiva
calvinista, por supuesto, es muy importante para la definición calvinista de depravación, especialmente en lo relacionado a la presentación del evangelio a un no regenerado. Eso es, calvinísticamente hablando, el no regenerado no solamente es incapaz de hacer lo bueno (a la vez que es incapaz de refrenarse de hacer lo malo) espiritualmente y en un sentido general, sino más específicamente, es incapaz de responder a Dios o al Evangelio en su estado no regenerado, o sea, antes de ser nacido de nuevo.
Según este punto de vista, la voluntad del hombre no regenerado (en lo concerniente a responder a Dios y al evangelio) está muerta y por lo tanto inoperable.
Esta idea de una voluntad inoperable es muy crucial para un entendimiento completo de la definición calvinista de la depravación.
Según el calvinismo, el hombre no regenerado no puede recibir al Señor como salvador, y no puede creer en Cristo ni en el evangelio que se le predica.
Él no puede hacer nada para aceptar el don de la vida eterna que se le ofrece, y por tanto ser salvo. El pastor calvinista y autor James Boice, pregunta:
“¿Qué significa cuando dice que estamos muertos en delitos y pecados? ¿Significa que estamos realmente muertos tan lejos como sin ninguna habilidad para responder a Dios o elegir lo concerniente?”
Boice no sólo avanza grandes pasos para “demostrar” que una persona perdida no puede responder a Dios y su ofrecimiento de salvación (mientras esté perdido), sino que aun parece sugerir que aquello que cree el perdido (mientras está perdido) no le hace ver ni alcanzar el camino de salvación.
No obstante, Boice va más allá para decir que:
“Si nosotros renunciamos todos los pensamientos a tal habilidad, Él nos mostrará el camino de salvación a través de Cristo y nos conducirá a la salvación.”
Si vamos a tomar esta declaración seriamente, significaría que tendríamos que estar de acuerdo con los calvinistas en este punto antes de que pudiésemos venir
a Cristo; sin embargo, mientras los calvinistas creen que los regenerados (nacidos de nuevo) somos llamados a predicar el evangelio de salvación a los no regenerados, ellos también sostienen que los no regenerados no pueden responder al evangelio mientras sean aún no regenerados.
Claramente podemos entender que los calvinistas creen que hay que ser regenerado para experimentar el nuevo nacimiento.
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