EL DISTINTIVO DE LA DEPRAVACIÓN CALVINISTA



De todas maneras, antes de avanzar, permítame reiterar la más importante distinción   calvinista relativa a la Total depravación.

En la Dogmática Reformada de Herman Hoeksema, él argumenta que, en el lógico orden de la aplicación de la salvación, lo primero que Dios hace es regenerar al escogido. Sólo después de que un hombre es nacido de nuevo, Dios puede llamarlo eficazmente. Sólo después, y como resultado de la regeneración y el llamado eficaz, el hombre puede ejercer fe salvadora en Jesucristo. Y porque el llamado es eficaz, la fe que sigue a la regeneración es inevitable.

La importancia de este orden (regeneración previa a la fe) desde la perspectiva
calvinista llegará a incrementar su claridad cuando procedamos en nuestra discusión de los otros puntos. De todos modos, Sproul probablemente habla por todos  los calvinistas en este punto cuando dice:

“En la regeneración Dios cambia nuestro corazón. Nos da nueva disposición, una nueva inclinación. El planta un deseo por Cristo en nuestros corazones. Nosotros nunca podemos confiar en Cristo para nuestra salvación si primeramente no lo deseamos.
Esto es por lo cual dijimos antes que la regeneración precede a la fe.”

Deberíamos mantener en mente que la relación y el orden de la regeneración y la fe es a menudo, o casi siempre, discutido por los calvinistas en el contexto de la doctrina calvinista de la total depravación.

 De hecho, el capítulo del libro de Sproul  explicando lo que significa la total depravación, lo que él prefiere llamar corrupción  radical, se titula “Nuevo nacimiento y fe”.

A riesgo de malos entendidos debería aclarar que algunos calvinistas distinguen entre “regeneración en su más profundo y estricto sentido de la palabra”, y, “regeneración en el sentido más amplio de la palabra”.

No estoy seguro si es el más estricto o el más amplio sentido de la palabra el que
Hoeksema tenía en mente cuando dijo:

“Independientemente de la edad la regeneración puede tomar lugar en los niños
más pequeños. Deberíamos dejar por sentado que en la esfera del pacto de Dios,
Él usualmente regenera a sus niños elegidos desde la infancia.” Si la regeneración puede ocurrir durante la infancia,   ¿entonces qué de la salvación? 

Calvino razona que: 

“los infantes que han de ser salvos deben, sin cuestionamientos, ser previamente
regenerados  por el Señor”.   Debe deducirse que, de algún modo, estos mismos infantes deben también poner su fe en Cristo, mientras son niños, y siendo por un lado que la regeneración debe  preceder a la fe, y por otro lado, la fe en Cristo es esencial para ser salvado por Cristo.  Eso es, si los niños elegidos son salvos por gracia a través de la fe, entonces ellos deben ejercer esa fe después de la regeneración y antes de su salvación según el calvinismo  ,o  antes de la regeneración según Calvino.

En ese caso, sería fe en Cristo desde el vientre. Y si uno pregunta ¿Cómo es esa fe?,
Calvino respondería: 
“Eso es tan posible para Dios como maravilloso e incomprensible para nosotros.”
Incidentalmente, si usted está entre los electos, puede estar maravillado de sus hijos. ¿Cómo puede usted saber si ellos serán o no serán salvos? Si sólo los elegidos pueden ser regenerados y sólo los regenerados pueden ser salvos, ¿habrá alguna manera de saber si nuestros hijos son elegidos?

Según Calvino (no estoy seguro del calvinismo mismo), Dios (al menos en un sentido) no tiene nietos espirituales. Pero, también Calvino dijo: “a nuestros hijos, antes de que ellos nazcan, Dios los adopta de su propia voluntad cuando Él promete que será un Dios para nosotros, y para nuestra simiente para siempre. En esa promesa la salvación de ellos está incluida.”

Si esto fuese cierto, no necesitaríamos preocuparnos de nuestros hijos ni de nuestros nietos y demás. ¿Por qué? Porque si somos elegidos, nuestros hijos también lo son, lo que significa que también sus hijos lo serán, y así hasta que todo nuestro linaje llegue a un fin.

 Mientras un calvinista puede confortarse en este punto de vista, necesita voltear su moneda para ver qué hay del otro lado. Si seguimos la idea de que sus hijos son elegidos y serán salvos puesto que usted es uno de los elegidos, pero qué sucede si alguno no sigue el mismo curso, es decir, si algún hijo no llega a colocar su fe en Cristo, él prueba que no fue un electo. Si prueba que no fue un electo, su papá tampoco lo fue. Lógicamente, este efecto dominó en la elección e cae en ambas direcciones  

Hay muchas cosas que el calvnismo dice hoy , que el mismo Calvino nunca las dijo

Mañana seguimos   

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