EL PUNTO DE VISTA DURO
Hasta lo que tratábamos recién, yo, junto con otros evangélicos, estaría de acuerdo.
Sin embargo,otros calvinistas ven el punto suave de la total depravación como una expresión de compromiso.
Hanko cree que “total” significa “absoluta”. Dice que el Sínodo de Dort intentó hacernos entender que el hombre es tan pecaminoso como puede llegar a serlo.
Hanko avanza para decir:
“Cuando Calvino y los padres de Dort insistieron en que la depravación era total, ellos sabían lo que las palabras significaban. Y ellos sabían que “total” significa precisamente eso.”
Hoeksema dice:
“La distinción entre absoluta y total depravación ha sido aplicada en estos últimos años al hombre en su caído y corrupto estado. Ellos hacen esta distinción en función de dejar claro cómo un pecador totalmente depravado puede todavía hacer algunas buenas obras.
El hombre, según este punto de vista, es totalmente depravado, pero no absolutamente depravado. Y a causa de que no es absolutamente depravado, es capaz de hacer lo bueno ante Dios en su natural estado. Por supuesto, con esta filosofía ellos fallan
en dejar en claro lo que ellos realmente quieren explicar.
Un hombre totalmente depravado es, después de todo, impío y corrupto en su total naturaleza, en todos sus pensamientos, deseos y acciones.Y el problema todavía permanece, aún con la distinción entre total y absoluta depravación, ¿cómo puede tal
hombre depravado tener buenos frutos? Si alguien hiciese la distinción entre total y absoluta depravación, la distinción ciertamente debería ser aplicada de una manera diferente.
La total depravación significa que el hombre por naturaleza en toda su existencia, con todo su corazón y mente y alma y fuerzas, ha llegado a ser un siervo del pecado, y que es enteramente incapaz de hacer lo bueno e inclinado a todo lo malo.”
El catecismo calvinista Heidelberg hace la siguiente pregunta:
“¿Somos entonces tan corruptos al punto de ser totalmente incapaces de hacer algo bueno, e inclinados a toda maldad ?”
Aparentemente, alineados con Hanko y Hoeksema, responde:
“Ciertamente así es, excepto que seamos regenerados (nacidos de nuevo) por el Espíritu de Dios.”
Juan Calvino también parece tomar el punto de vista más duro cuando dijo:
“Nuestra naturaleza no sólo absolutamente carece de bondad, sino que es prolífera en toda clase de males, de modo que ni puede estar ociosa.
Aquellos que llaman a esto concupiscencia, usan una palabra no muy inapropiada, que indica que todo lo que está en el hombre, desde el intelecto hasta la voluntad, desde su alma y hasta su
carne, es profano y dominado por la concupiscencia; o, para expresarlo más brevemente, que el hombre en su totalidad es en sí mismo nada más que concupiscencia.”
De todos modos, es extremadamente importante que no reduzcamos el punto de vista calvinista de la total depravación, a un mero cuán pecaminoso el no regenerado es.
Eso, como hemos dicho antes, es simplemente una cuestión de grados.
Algunos arminianos, y ciertamente el mismo John Wesley, creían que el hombre no regenerado era tan depravado como Calvino lo creía .Concerniente a los efectos (y los grados) de la caída en la naturaleza humana.
Wesley preguntó:
“¿No puede lo bueno mezclarse con lo malo?
¿No hay luz entremezclándose con las tinieblas?
Y Respondió: “no, de ninguna manera.”
Y para sostener su argumento citó las siguientes Escrituras:
“Dios vio que toda la imaginación del corazón del hombre era solamente el mal.” Y: “en su carne no mora el bien.” Y Wesley avanzó para decir concerniente a la naturaleza del hombre después de la caída: Que era solamente lo malo continuamente, cada año, cada día, cada hora,cada momento.Nunca se desviaba hacia lo bueno.
Esto hace parecer a Wesley, el arquitecto del arminianismo contemporáneo, como del lado más duro del calvinismo en su concepto de cuán depravado el hombre después de su caída. Por tanto, si vamos a encontrar el distintivo de la total depravación en el calvinismo, tendremos que mirar a otro lugar en vez del grado al
cual el hombre ha caído y es un pecador.
De nuevo, el real distintivo de la depravación en el calvinismo no está en lo que hacemos porque somos totalmente depravados (o en cuánto o en cuán malo lo hacemos), ni aun en lo que no podemos hacer, si queremos definir de ese modo la
inhabilidad del hombre caído de hacer lo bueno
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