Un Ataque Secreto
Y esta es la vida eterna: que
te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
Juan 17:3
Jesús dijo que el significado de la vida eterna giraba
alrededor de cómo conocer a Dios. La palabra es la misma que la madre de Jesús
usó cuando preguntó al ángel sobre su nacimiento, ella dijo: "¿Cómo será
esto? Pues no conozco varón." La palabra denota intimidad con otra
persona. Dios te salvó porque te quiere conocer. Está consumiéndose con la
decisión de amarte como nunca has sido amado, con una intensidad y dedicación
grande, más de lo que tú te puedas imaginar. Mientras tanto, en la iglesia
moderna, la mayoría de nosotros no tenemos tiempo para vivir en su amor. Hay
tantas otras cosas que necesitan ser hechas.
Ya que el gran deseo de Dios hacia sus hijos es amarle con un amor que
es Divino, tiene sentido que la gran misión de nuestro adversario, es evitar
que experimentemos ése amor. Si un ataque frontal del enemigo no puede lograr
que le demos la espalda a Jesucristo, usará otro plan, nos seducirá con el
mundo, él provocará que lleguemos a
preocuparnos con todo lo demás, de hecho, con algo más que no sea Jesucristo.
Muchos cristianos han sido llevados como prisioneros de
guerra a través de un ataque secreto del infierno, pero tristemente no lo
saben. Están siendo cautivos en una prisión de negocios. Han decidido avanzar
espiritualmente y muy a menudo se preguntan por qué no están logrando más
progreso. Pero hay una razón por la cuál caminan en círculos; eso es lo único
que se puede hacer en una celda.
El autor Richard Foster ha dicho que en la cultura
contemporánea, nuestros adversarios principales son tres: "Ruido, Prisa y
Multitudes." Ellos lleguen a ser los enemigos de nuestro bienestar
espiritual. Cuando llegamos a ocuparnos con nuestro estilo de vida, que pierde
la esencia de quién es Jesús en nosotros y quiénes somos nosotros en Él, hemos
sido llevados como prisioneros inconscientemente. La incesante percepción de su
presencia en nuestro interior, no es una disciplina legalista en la cual
rechinamos los dientes y nos forzamos a practicarla; es más bien una marcada
decisión de permanecer en Cristo todo el tiempo. "Permanecer en Él,"
es asumir una postura continua de dependencia total de Cristo, como la fuente
de nuestra vida en cada momento y en cada situación. Es el momento en que se
consuma la relación que alguien está viviendo, la unión que se comparte con
Dios a través de Jesucristo.
El misionero
cuáquero Thomas kelly escribió en su libro clásico: "Un testamento de
Devoción" lo siguiente: Hay una manera de ordenar nuestra vida mental en
más de un nivel a la misma vez. En un nivel estaremos pensando, discutiendo,
viendo, calculando, cumpliendo todas las demandas de nuestros asuntos externos
en el mundo. Pero en lo más profundo, atrás del escenario, en un nivel más
profundo, tal vez también estemos en oración y adoración; cantando y adorando en
una suave sintonía con los suspiros Divinos.
Kelly describe la condición experimentada por personas
cuando llegan por primera vez al Cristianismo. ¿Te acordas cuando vos llegaste y creíste por primera
vez?, ¡cuán enamorado estabas de Jesucristo!
Aun cuando no estabas
conscientemente pensando en Él, la realidad de su presencia descansaba bajo tus
pensamientos conscientes. Por primera vez, tenías conocimiento que Dios estaba
dentro tuyo amándote de una forma que no habías conocido. Con la provocación más
insignificante, te encontrabas susurrando una oración, testificando a un amigo,
pensando en Jesús y lo que significaba
para vos. Él estabas presente para vos, en cada momento Como lo apuntó Kelly,
" Una suave sintonía con los Suspiros Divinos." Muchos, quienes una
vez conocieron la realidad de ese tipo de fe y la han perdido; no la perdieron
a través de un acto desafiante, más bien se perdió a través de una actitud del
"deber". Llegaron a preocuparse tanto con los deberes de la casa, el
trabajo e iglesia, qué, de alguna manera la relación de amor que una vez
disfrutaban con Jesús, simplemente se desvaneció. Pregúntales hoy a éstas
personas, si aman al Señor y sin titubear afirmarán que lo aman; pregúntales si
siguen experimentado la misma relación íntima con Jesús, la que una vez
conocieron y serán forzados a admitir que las cosas han cambiado. Son como la
joven madre que cuando su esposo le pedía hacer el amor, quejándose le
contestaba: "estoy muy cansada". No es que la mayoría de los cristianos
no amen a Jesús y por ésa causa hayan perdido el sentido de la intimidad. Es
simplemente que no tienen nada de ánimo.
Para pensar: ¿Cuándo fue la última vez que te sentaste
solo, en silencio y reflexionaste sobre cuánto te ama Dios? o ¿cuántos
servicios Cristianos haz hecho últimamente? ¿Cuándo fue la última vez que le
declaraste tu amor?
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