Sirviendo delante del padre
Este es el registro de los descendientes de Aarón y de
Moisés, el día en que El Señor habló a Moisés en el monte Sinaí:
2
Estos son los nombres de los hijos de Aarón: Nada el primogénito, Abihú,
Eleazar e Itamar. 3 Estos son los nombres de los hijos de Aarón
ungidos sacerdotes, a quienes él invistió
para servir como sacerdotes. 4 Pero Nadab y Abihú murieron
delante de Jehovah cuando ofrecieron fuego extraño delante de Jehovah en el
desierto de Sinaí, y no tuvieron hijos.
Así que Eleazar e Itamar sirvieron como sacerdotes delante de su padre Aarón. Números
3:1-4
Cuando llegamos al libro de números tenemos un tesoro
escondido que muchas veces lo dejamos pasar, aquí nos muestra muchos de los
errores que cometió el pueblo, también vemos lo importante que era el servicio
sacerdotal y como debían cumplir con cada requisito que El mismo Dios les había
dado. Se cree que le libro de números fue escrito por Moisés un año y medio después
de la salida de Egipto.
También es interesante ver como la mala interpretación de
este libro puede traer a la iglesia hoy costumbres de esa época que se transformar
en doctrina y aunque no tenga una base se defienden. Un ejemplo claro es cuando
cuentan a los que debían ser levitas todos mayores de 30 años, recuerdo años atrás
donde se enseñaba desde el pulpito que
todos los que querían estar en el servicio activo debían ser mayores de 30 años
y para defender esta posición indefendible citaban que el Señor comenzó su
ministerio a los 30 años, algo así puede causar risa, pero en realidad vemos el
peligro de un mal entendimiento de la escritura y como este podría sacar muchos
otros principios que lamentablemente se sacan de contexto y se aplican a la
iglesia hoy.
Ahora como dice el apóstol Pablo todo esto se escribió como
un ejemplo para nosotros tanto de las cosas que debemos como las que no debemos
hacer.
Aquí vemos un contraste entre los hijos de Aarón, los
primeros seguramente servían confiando en su destreza y sin seguir al pie de la
letra las instrucciones que El Señor había dado, algo que hoy vemos es mucha
gente diciendo que sirve a Dios, pero en realidad ni siquiera conoce la Palabra
de Dios, el ministerio es un privilegio que lleva responsabilidad y no podemos
hacerlo a nuestra manera. Si pensamos carnalmente podríamos decir que era más fácil
ser un sacerdote o un levita que ir a la guerra, pero en realidad ellos tenían que
obedecer a Dios en todo o pagar las consecuencias.
Por otro lado Eleazar e
Itamar
sirvieron de sacerdotes, pero lo hicieron delante de su padre. Esto puede
parecer una frase más, pero en realidad es muy profunda ya que encierra un
cumulo de verdades. No podemos servir a nuestra manera o formar siempre tiene
que ser ajustados a los principios que Dios estableció, pero al pensar que
ahora servían cuidados por su padre veo la supervisión y aun rendición de
cuenta que debemos tener en el ministerio, hoy se comete el error de dejar a jóvenes
sin experiencia servir sin supervisión, influencia y capacitación de aquellos
que ya no solo tenemos años en el ministerio, sino también la preparación académica
para formar a los que tomaran nuestro
lugar.
Algunas cosas para pensar:
A-Jóvenes: ¿están sirviendo al Señor con temor y reverencia?
(aclaremos que esto no es miedo es un servicio basado en el amor)
B-Mayores: dedica tiempo en formar y supervisar el trabajo
de los que un día tomara su lugar.
Una de las falencias más graves hoy en la obra de Dios, es
la falta de preparación de un nuevo liderazgo, si no preparamos a la nueva generación
tendremos una crisis eclesiástica muy
pronto, un pueblo sin visión se muere.
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