AMALA Y DÉJALA
Si los condenados lo
fuesen porque merecían serlo, o porque ellos rehusaron el don de Dios de vida
eterna, asumiendo que fue ofrecida a ellos, eso sería comprensible.
Lo que Calvino está
admitiendo es que él no tiene una pista, y ninguna pista está a disposición,
para explicar porqué algunos van a ser salvos y otros perdidos.
Mientras por un lado él
cree que algunos son salvados por toda la eternidad y otros se perderán por
toda la eternidad, porque este es el beneplácito de Dios; por otro lado él no
sabe cómo Dios se complace con esto. Aun plantear tal pregunta para Calvino era
el colmo de la arrogancia. Según Calvino:
“El tema de la predestinación, el cual en sí mismo abordamos con
considerable dificultad, que nos deja muy perplejos, de hecho riesgoso por la
curiosidad humana, que no puede ser obligado a deambular entre sendas
prohibidas, ni escalando por las nubes, determinados, si se puede, a que
ninguna de las cosas secretas de Dios quedarán inexploradas.
Cuando
nosotros vemos muchos, algunos de ellos hombres que no son malos, por
todos
lados apurados en esta audacia y debilidad, se hace necesario recordarles
nuestro deber en este asunto.
Primero,
entonces, cuando ellos inquieren en la predestinación, debemos recordarles que
ellos están penetrando en los recovecos de la sabiduría de Dios, donde el que
avanza confidentemente, en vez de satisfacer su curiosidad entrará en un
intrincado laberinto. Porque no es justo que un hombre con impunidad husmeara
en las cosas que al Señor le ha complacido encubrir consigo mismo, y escudriñar
esa sublime y eterna sabiduría, la cual es su beneplácito que nosotros no aprendamos,
pero adoremos, y que en ella también Sus perfecciones puedan aparecer.”
De modo que para Calvino,
no sólo es el buen beneplácito de Dios condenar a algunos como así también
salvar a algunos, sino que también es su buen beneplácito que nosotros no
sepamos, en el sentido más básico, el por qué. Nosotros entonces deberíamos
amar (adorar) la doble predestinación aunque somos realmente incapaces de
entenderla, y debería ser en su mayor parte aceptada, enseñada y luego dejada.
Y en otro lugar Boettner dice que:
“La doctrina de la
absoluta predestinación, por supuesto lógicamente sostiene que algunos son
preordenados para muerte tan ciertamente como otros son preordenados para vida.
Los mismos términos “elegido” y “elección” implican los términos “no elegidos”
y “reprobación”. Cuando algunos llegan a ser elegidos otros llegan a ser no elegidos.
El alto privilegio y glorioso destino de unos no es compartido por los demás.
Esto, también, es de
Dios. Nosotros creemos que desde toda la eternidad Dios ha intentado dejar
algunos de los hijos de Adán en sus pecados, y que el decisivo factor en la
vida de los tales puede ser hallado sólo en la voluntad de Dios.”
Con especial atención dada al hecho de
que no sabemos ni podemos saber por qué algunos son elegidos para salvación,
Jay Adams, en su librito “Consejería y los 5 puntos
del calvinismo”, lo hace tan claro como le es posible. Él dice: “Dios ha
elegido algunos para ser salvos… La elección fue incondicional… La elección fue
hecha enteramente por Dios, de su propio buen beneplácito. La selección de algunos
para vida eterna fue hecha sobre la base de factores no revelados, conocidos solo
por Dios.”
Sproul pregunta, ¿Por qué Dios elige
salvar algunos? Y entonces dice:
“La única respuesta
que yo puedo dar a esta pregunta es que no lo sé. No tengo idea. ¿Por qué Dios
salva algunos y no a todos?… Yo sé que Él no elige salvar a todos. Pero no sé
por qué.”
Finalmente, W.R. Godfrey, profesor de
Historia de la Iglesia en el Seminario Westminster en California, explica la
doctrina agustiniana de la predestinación como sigue:
“La razón por la cual
algunos pecadores son salvos y otros perdidos debe estar en Dios. Es según su
propósito, su eterno decreto, que algunos pecadores son rescatados y otros son
dejados en sus pecados. El fundamento de este decreto divino es simplemente el
buen beneplácito o buena voluntad de Dios.”
Mañana LIBERTAD
HUMANA VERSUS PREDESTINACIÓN
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