No hay ninguna duda que Dios si puede y desea poner una carga mayor
2 Corintios 1:8-9.
Carne
vs Gracia: Caín
vivió en la carne y trato de agradar a Dios y no lo logró. Actuó
independientemente de Dios, en sus fuerzas y con orgullo. Creyendo que podía
cumplir con las expectativas de Dios. Ahora la carne, no necesariamente es algo
malo, la carne puede verse muy bien ante los demás pero sigue siendo carne.
Pablo por mucho tiempo vivió en la carne y era la forma en la que trataba de
agradar a Dios, haciendo las cosas lo mejor que podía y haciendo lo que él pensaba
que Dios quería. Filipenses 3:3-8. Luego se dio cuenta que era carne y lo
desechó.
¿Pareciera
que el problema de Caín es su ofrenda cierto?
¿Pareciera que ese es su pecado, no? Pareciera que el gran problema de Caín es
su pecado. Piensa en tu vida, pregúntate ¿Qué problemas ves en tu vida? ¿Qué
ves que está mal en tu vida? ¿Probablemente pensaste en algunos pecados cierto?
Quiero que veamos algo.
Alguien
dijo lo siguiente: “Tu problema principal, es que tú piensas que tu problema,
es tu problema, pero tu problema, no es tu problema, y eso es tu problema.”
Realmente
ese pecado no es su problema; ni tampoco su ofrenda, ese pecado que cometió es
el síntoma del problema. El problema es que tú estás viviendo en tu carne
cuando cometes pecados. El verdadero pecado, es vivir independiente. El pecado
ocurre cuando un cristiano funciona en su carne. Ejemplo de una hoja marchita.
Juan 15: 1-7, Filipenses 4:13.
Caín y
Abel son un cuadro de los judíos y los gentiles:
Romanos 9:30-32. Los judíos al igual que Caín, trataron increíblemente de
agradar a Dios, trataron de cumplir todas las leyes, los fariseos incluso se
inventaron unas cuantas reglas más para tratar de ser agradables ante Dios y de
alcanzar su justicia. Los gentiles, al igual que Abel, no trataron. Simplemente
recibieron el regalo de gracia y misericordia, y Dios les concedió la
justificación.
El
pasaje en Romanos 9:30-32, dice que los judíos iban en búsqueda de una ley. No
hay problema en ir a la ley y buscarla, el problema es quedarse ahí y no
avanzar hacia lo que la misma ley nos guía. Gálatas 3: 23-24. La ley es mi
guía, me muestra que no me alcanza, que no puedo alcanzar la justicia que Dios
pide, que los estándares de Dios son demasiado altos para lograrlos en mis
fuerzas. Una vez que la ley me hace poner mi mirada en Cristo, la ley ya no
sirve de nada, no tengo porque seguir viviendo bajo la ley.
Anteriormente
pensamos como se sintió Caín cuando Dios no lo miró con agrado ni a él ni a su
ofrenda. Posiblemente Caín se sintió triste, y rechazado, no agradable ante
Dios. Piensa, ¿Te es fácil relacionarte con una persona que tú crees que te ve
desagradable, que te rechaza y que pareciera que no te aprecia, y que algo tuyo
le molesta? Nuestra reacción con alguien que pensamos que nos ve así es
alejarnos, separarnos. No queremos estar con esa persona que nos rechaza
¿Cierto? Por nuestro mecanismo de defensa terminamos rechazando a los que nos
rechazan. Lastimosamente esto mismo pasa con Dios. Posiblemente la mejor
mentira que satanás ha puesto en nuestra mente, es el pensar que Dios nos
rechaza, que no somos del agrado de Él.
Quiero
que de corazón entiendas lo siguiente. No hay forma que Dios se enoje contigo.
Nada de lo que puedas hacer enojaría a Dios. Piensa, ¿Qué puede enojar a Dios?
¿Pecado? ¿Cuál pecado? ¿Cuántos pecados te perdonó Dios? ¿Queda en tu vida un
pecado que Dios no haya perdonado? ¿Y los pecados futuros? Ahora, tampoco
puedes desilusionar a Dios, alguien se desilusiona cuando hay una expectativa
no cumplida. Él ya lo sabe todo, Dios nunca va a decir “Esperaba algo diferente
de ti”. Dios ya lo sabía, eso que piensas que lo pudo desilusionar, ya te lo perdonó,
así te amo y le agradas.
Ahora,
claro que Dios se entristece, si nosotros aun siendo sus hijos, vivimos de una
forma carnal, podemos contristar al Espíritu Santo, y eso puede causar que yo
me aleje de Dios. Pero eso no hace que Dios se aleje de mí, el que se aleja soy
yo, no Él. Dios al igual que el padre del hijo prodigo, siempre está con los
brazos abiertos, esperando que yo regrese a casa y me espera con una sonrisa. 2
Timoteo 2: 13.
Condenación
vs Convicción: Condenación
es lo que satanás nos hace sentir, nos hace sentir culpables, que Dios nos
rechaza, que no valemos nada, su intención es hacernos sentir mal, y que al
sentirnos rechazados por Dios, terminemos rechazándolo a Él también. Convicción es lo que el Espíritu Santo
nos hace sentir, nos hace ver que actuamos de forma carnal, y nos guía a Dios
nuevamente. Isaías 1:18. Es importante identificar cuál de los dos sentimientos
es el que estamos experimentando.
Conclusión: una vez una mujer
acudió a Adrián Rogers para consejería. Y le comentaba que ella se sentía mal,
porque sentía que lo que hacía no era suficiente para agradar a Dios, que ella
se esforzaba de corazón y trabajaba en la iglesia y leía la biblia y hacia todo
lo que podía para agradar a Dios pero que sentía que no era suficiente. Que
ella pensaba que tenía un complejo de inferioridad. Adrián Rogers le contesta
que le tiene dos noticias, una buena y una mala. La buena noticia es que no
tiene ningún complejo de inferioridad, la mala es que no es un complejo, que
realmente si es “inferior”, que realmente ella no tiene nada en sus propias
fuerzas, que pueda ser suficiente para agradar a Dios.
Yo
también les tengo dos noticias: Recordando las preguntas del inicio. La mala
noticia es que no hay nada que puedas hacer para agradar a Dios, no hay nada
que le puedas ofrecer que sea lo suficientemente bueno como para que eso le
satisfaga, y puedes seguir tratando toda tu vida y solo te vas a frustrar y no
lo vas a lograr. Y Dios te continuara mostrando que tú actuar y que tus obras
no son de su agrado.
La
buena noticia es que ya eres del agrado de Dios, que no tienes que hacer nada
para que seas más del agrado de Dios, ya eres completamente del agrado de Dios,
no por algo que hayas hecho o logrado, sino solamente por su gracia y
misericordia, por lo que Él ya hizo en la cruz, y porque ahora ya no eres tú,
sino Cristo viviendo en ti. Ahora Él es tu vida. Dios quiere que dejes te tratar,
y comiences a descansar. Disfruta que Dios ya lo hizo todo por ti.
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