Perseverancia del os Santos Refutada conclusiones
Ciertamente es verdad que no todo el que profese ser un cristiano lo sea. Algunos están equivocados. Algunos sólo pretenden serlo. Pero, si todos los verdaderos creyentes perseverasen, ¿por qué la Escritura a menudo anima a los creyentes a perseverar y a menudo les advierte de las consecuencias de no hacerlo? Si los santos perseveran porque ellos son santos y no pueden hacer de otra manera, entonces ninguna carencia de amonestación o de advertencias les va a afectar en perseverar. Y, si uno no es santo (no electo), ninguna cantidad de amonestaciones le va a ayudar a perseverar en la fe que no tienen ni pueden tener. Pero nada puede ser más obvio que esto: los cristianos son, en repetidas veces, amonestados para perseverar en su fe. Muy claramente ellos son advertidos de las consecuencias de no perseverar a través de las páginas del Nuevo Testamento. Ahora, desafiar la perseverancia de los santos en el sentido calvinista, no es negar la seguridad eterna, sino que afirmar la perseverancia de los santos en el sentido calvinista es negar las situación segura del creyente Eso es, si la perseverancia hasta el fin es esencial para probar que tú eres verdaderamente uno de los electos, tú no puedes saber ciertamente que eres uno de los electos hasta que lo hagas hasta el fin. También debe ser enfatizado que un desafío al punto de vista calvinista de la perseverancia de los santos, no es negar la importancia de que los santos perseveren, y aún hasta el fin, sino que como ya hemos notado, la Escritura está repleta de exhortaciones y amonestaciones concernientes a la perseverancia. El problema con el punto de vista calvinista de la perseverancia es similar al problema del punto de vista arminiano de la perseverancia. Eso es, tanto en el calvimismo como en el arminianismo, la justificación y la santificación son muy difíciles de distinguir una de otra. De hecho, algunos calvinistas se refieren a la justificación y la santificación como la doble justificación. Los calvinistas dicen, si tú no perseveras hasta el fin, nunca fuiste salvo. Los arminianos dicen que si tú no perseveras hasta el fin, tú perderás tu salvación. Pero ninguno de los dos puede simplemente aceptar lo que registra la Escritura, cuando dice: si tú crees en el Señor Jesucristo serás salvo. En efecto, ambos dicen que debes creer y que debes mantenerte en fe, en una manera que se manifieste en una perseverancia hasta el fin, para estar seguro de tu final salvación. De nuevo, el calvinismo niega la situación segura del creyente, mientras que el arminianismo niega la seguridad eterna del creyente. Por eso, el problema con la perseverancia calvinística no está en su sobre énfasis, sino en su carencia. No sólo eso, sino que se da el caso (de alguna manera irónicamente a la luz del 5ºpunto) de que el calvinismo, de manera entendida, resulta en una carencia de énfasis sobre la santificación. Eso es, dado que la perseverancia es, supuestamente, una conclusión ya cantada para el electo, aquel que cree que es un electo es como que le va a prestar menos atención a las exhortaciones y advertencias para perseverar, simplemente porque si es salvo lo hará, y si no es salvo no podrá hacerlo. Dado que no puedes hacer nada para ser electo o no electo, tampoco puedes hacer nada en cuanto a todo lo que es inevitable, porque eres electo o porque no eres electo. Y eso incluye la perseverancia. NOSOTROS TENEMOS QUE PERSEVERAR Creo que podemos definir perseverancia como seguir fielmente a Cristo, o ser obedientes a la Palabra de Dios, o caminar en la luz. Podemos ver entonces que la perseverancia es algo que debe ser una realidad en la vida de cada cristiano. Eso es lo que a los creyentes se nos exhorta a hacer (y se nos advierte si fallamos en hacerlo), precisamente porque tenemos una tendencia o inclinación a no hacerlo. Consideremos la exhortación de Colosenses 2:6 en la cual Pablo dice a los creyentes de la iglesia en Colosas: “por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en Él…” Ahora, si es una conclusión ya cantada que el verdadero creyente siempre caminará en Cristo, en el sentido en que Pablo está hablando, ¿Por qué entonces les exhorta a hacerlo? ¿Y qué acerca de Romanos12:1-2? “así que hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Parece, abundantemente claro, que Pablo exhorta a los creyentes de esta manera porque: Esto es lo que los creyentes deben hacer. El creyente sin tales exhortaciones es menos propenso a hacerlo. En Juan15, donde Jesús estaba hablando a los discípulos en lo concerniente a su relación con Él como la vid verdadera, les exhortó a permanecer en Él para poder llevar fruto. Y entonces, en versículo 6, les advirtió de la posibilidad de no permanecer y de las subsiguientes consecuencias. Esa advertencia sería totalmente sin sentido e innecesaria si la posición calvinista sobre la perseverancia fuese correcta. Sproul, quien gastó una considerable cantidad de tiempo defendiendo el punto de vista calvinista de la perseverancia, sin embargo razona que: “Si ninguno (de entre los electos) caerá (ni podría), ¿por qué aun molestar a la gente advirtiéndoles contra esto?” Con este mismo pensamiento en mente Sproul admite que: “parece frívolo advertir a la gente para que evite lo imposible” Mientras Sproul intenta explicar por qué no es frívolo advertir a personas a cerca de lo imposible, él al menos parece entender por qué los no calvinistas encuentran el punto de vista calvinista de la perseverancia lleno de problemas. En los primeros versículos de la segunda epístola de Pedro, leemos así: “Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra: Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.” ¿Puede acaso haber alguna duda de que Pedro está hablando a verdaderos creyentes? Y si son verdaderos creyentes, ¿puede haber alguna duda de que sean verdaderamente salvos? Sin embargo, Pedro avanza para exhortar a estos mismos creyentes de la siguiente manera:” vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe, virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor”. Obviamente, las cosas que les indica para agregar, incluyendo formas de perseverancia, no serían indispensables de agregar a la vida del verdadero creyente. Calvinisticamente, si fueran creyentes, no necesitarían exhortación para agregarlas. Ahora, decir que no son inevitables no es decir que no son importantes, si no lo contrario. Eso es, que suceda porque es inevitable, no tiene nada que ver en este asunto. Si podemos asemejar cada una de estas virtudes a agregar a nuestra fe como valiosos materiales para la edificación de una verdadera mente espiritual y productiva vida, podremos ver porqué Pedro dice: poniendo toda diligencia, añadid…Y precisamente ese es exactamente el punto que Pedro marca y por qué avanza para decir: “Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente. Pues tengo por justo, en tanto que estoy en este cuerpo, el despertaros con amonestación;”(versículos8-13) ELDESAFÍO Y LA META Al reducir la perseverancia a algo inevitable (como lo hace el 5ºpunto), todas estas palabras de aliento y advertencia, serían realmente un desperdicio. Pero en la Escritura, perseverar en santidad hasta el fin es visto como un desafío y una meta de la vida cristiana. No debería darse por descontado. Decir que perseverancia es lo que sin duda haremos a causa de que somos verdaderos creyentes, es redefinir el significado de perseverancia. En cambio, necesitamos ver la perseverancia como lo que “debemos hacer” porque somos verdaderos creyentes. Dios es más que capaz, y siempre está dispuesto a ayudarnos a perseverar en santidad y fe. La cuestión es, ¿estamos nosotros dispuestos a dejar que nos ayude a perseverar? Y aquí entra un tema fundamental, a pesar de haber nacido de nuevo me pregunte ¿vivo en la ley o en la gracia?, pues si vivo en la ley el perseverar será una carga a soportar cada día, pero si vivo en la gracia, Su gracia me llevara cada día a una vida de confianza en la obra que Dios tiene que hacer y no en mi capacidad de perseverar. Debemos reconocer que en este poco material no abarca toda la doctrina para definir por qué no apoyamos el movimiento calvinista, pero si somos simples nos daremos cuenta que antes que Agustín dictara esta doctrina y Calvino la ordenara ya se estaba predicando el evangelio de la gracia que transformo vidas en todo el mundo. Le animo a pasar tiempo con Dios y considerar cuantas personas se pierden por día simplemente por discutir de doctrina y no compartir el evangelio
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