Disfrutando a Dios en los momentos difíciles
La salvación es que Cristo entre a nuestras vidas. Esta perspectiva es egocéntrica porque hace que el hombre se enfoque en la regeneración. El llegar a ser un cristiano, significa que nosotros entramos en la vida de Cristo. Nuestra vieja vida ha sido eliminada (Gálatas 2:20, Romanos 6:1-6, Colosenses 3:3) y recibimos a Cristo quien mora en nosotros, en El vivimos desde el momento en que le recibimos (Hechos 17:28) Muy pocos cristianos resisten la enseñanza Bíblica de que "Cristo quiere expresar su vida a través de ellos". Creemos en vivir en victoria, en la posesión de la paz espiritual y la experiencia del poder sobrenatural. Todas son características del estilo de vida de alguien que permanece en Cristo. Pero hay otro aspecto de su vida, que muchos Cristianos modernos no quieren conocer. "Es el elemento del sufrimiento." Cuando entraste en Cristo, entraste en unión con cada aspecto de su vida. El sufrimiento es una parte significativa de vivir en Él. Es una de las maneras más efectivas que usa el Espíritu Santo para enseñarnos nuestra verdadera identidad en Jesús. Muchas veces es por el sufrimiento, que Dios nos lleva más y más profundo hacia un "entendimiento de quiénes somos en Él y quién es Él en nosotros." ¿Cómo ocurre? Bueno no en todos los casos es lo mismo, pero recuerdo cuando estaba en una etapa muy prospera en mi ministerio donde pensaba que yo podía todo y todo dependía de mí, vivía muy ocupado amaba lo que hacía, pero un día me sentí mal, tuve que ir al médico y de un momento a otro cambio todo lo que hacía y como vivía me entere que tenía una enfermedad crónica, que la misma me traía consecuencia muy desagradables y lo mejor era no hacer planes , no casarme, solo esperar , en ese momento de soledad , sin familia que me apoye , pase momentos donde le cuestione a Dios muchas cosas y había una lucha grande pues había sido enseñado que a Dios no se le pregunta por qué y no se le reclama , y yo lo estaba haciendo , pero luego buscando en la Palabra y en intimidad con Dios comprendí que era bueno y lógico hablar así con mi Padre, amigo, compañero y disfrute Su paz. Paso el tiempo, le pedí muchas veces a Dios que me sane y él siempre me decía lo mismo, que debía bastarme en Su gracia. Con el tiempo me case Dios me dio una esposa fabulosa, tres hijas que aman al Señor y muchas cosas más que la medicina en su lógica dice que no es posible.
Al paso de los años la enfermedad tomo otro giro, por un error médico en los medicamentos me diagnosticaron neuropatía, una enfermedad que duele mucho y en forma continua, otra vez viene la pregunta ¿porque Señor justo ahora que estoy disfrutando lo que hago? . Mi dolor sirvió para un propósito con gran eficacia… "me hizo querer ver al doctor" Para eso sirve el verdadero sufrimiento en la vida de los cristianos. El sufrimiento hace que el creyente llegue a estar consumido por el deseo de experimentar a Jesucristo. Nos hace querer verlo, escuchar su voz, sentir su toque en nuestras "circunstancias difíciles." Este hilo en el cordón de la verdad eterna del sufrimiento, sostendrá al cristiano que lo cree. Nuestro dolor nos dirige hacia Jesucristo.
El sufrimiento revela la vida de Cristo en nuestras vidas de una manera manifiesta, dejándonos sentirlo y verlo por la fe, de una forma distinta a la que no se siente en días más tranquilos cuando no debemos depender de nada , ni nadie.
Un día estudiando (Romanos 5) entendí que aun la enfermedad era un regalo de Su gracia y si bien Dios no me sano, me sostiene cada día.
Dios usa los problemas severos de nuestra vida para enfocar nuestra atención en Jesús. Los pensamientos del creyente van hacia Jesús en el tiempo del sufrimiento, de una manera natural, así como lo fueron mis pensamientos al doctor, en el momento de dolor. El sufrimiento tiene una manera de quitar de nuestras mentes lo que no es importante, las cosas que nos distraen de Jesús. Cuándo un creyente se duele, su grito desde las profundidades de su ser es "¡Abba, Papi!" (Romanos 8:15) Cuando los bebés de “Abba” se duelen, Él está involucrado apasionadamente. A veces nuestro dolor es tan grande que no se puede expresar con palabras. Otras veces, ni siquiera tenemos la energía para hablar. Los que se sienten bien, usualmente quieren ayuda, pero cuando alguien está gravemente enfermo quiere estar solo, aunque necesita cuidado intensivo. Cuando gritamos “Abba,” Él nos escucha, pero hay otras veces cuando no podemos ni gritar por su ayuda. En estos tiempos: (vs.26 ) Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.(vs. 27) Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. Romanos 8:26-27. Dios te ama tanto que siempre obrará en tus "circunstancias" cuando sufres. No pienses que porque no ha eliminado el problema, no está ayudándote. A veces Sus actos de mayor ayuda en nuestra vida, ocurren cuando Él pasa en medio de las circunstancias junto con nosotros, en lugar de liberarnos de ellas. A veces he orado “Padre, me duele demasiado como para que ésta situación se desperdicie. Por favor, consigue el máximo bien que se pueda obtener de ésta situación.
Y siempre me doy cuenta de lo mismo, las situaciones difíciles me llevan a conocer más y mejor a Dios y a descansar en su Gracia, Dios sabe lo que hace, y el moldearnos es parte de la vida, no solo tenemos el privilegio de creer en él, aun de padecer con El.
Estas pasando un tiempo difícil? Con todo tu corazón habla con Dios con sinceridad y aun podrás agradecer, la comunión íntima es genial.
Raul Perazzo
Comentarios
Publicar un comentario